lunes, 12 de mayo de 2025

UN IV CONGRESO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ EN DIÁLOGO CON LA FILOSOFÍA CON NIÑAS Y NIÑOS: ¡GRANDES PROTAGONISTAS!

 Por Anca-Nicoleta Rotila 


Hay momentos en los que el aula se convierte en un bosque de ideas. En los que hablar de paz no es una utopía, sino una posibilidad tejida con palabras, juegos y preguntas profundas. Así fue el IV Congreso Internacional de Educación para la Paz en diálogo con la Filosofía con niñas y niños, que celebramos del 5 al 7 de mayo de 2025 en la Universitat Jaume I en la que fueron protagonistas.



Todo comenzó una mañana luminosa, de esas que huelen a papel nuevo y a sonrisas nerviosas. Nos dimos la bienvenida entre abrazos y agendas llenas de actividades prometedoras. 



La inauguración fue cálida y cercana, como una conversación entre personas que comparten una misma ilusión: educar para un mundo más justo, más amable, más humano.


Luego llegó una conferencia que nos removió por dentro. Sonia París nos invitó a repensar qué significa realmente enseñar a pensar. Pero no cualquier pensamiento, sino uno crítico, sí, pero también cuidadoso. Uno que no solo cuestiona, sino que cuida. 

Después, nos embarcamos en talleres que parecían laboratorios de alquimia pedagógica. Sofía Herrero nos hizo experimentar en primera persona qué pasa cuando las competencias clave para la paz se traducen en dinámicas reales, con personas reales, que se atreven a soñar con escuelas diferentes.

Por la tarde, Félix García Moriyón nos regaló un viaje por la educación eutópica, donde el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso se convierte en brújula. Y salimos con la cabeza llena de ideas y el corazón lleno de ganas.



El segundo día se tiñó de colores, los colores de la identidad, para ser exactos, con la maravillosa Mª Paz Ramos, que nos recordó que no hay paz sin reconocimiento, sin diversidad, sin infancia con voz propia. Luego, con Anca-Nicoleta Rotila nos hemos divertido con dinámicas grupales para potenciar el pensamiento crítico, ético y creativo.

 

Y entonces llegó el miércoles. 

Entraron tímidos, pero con ojos curiosos. Los niños y niñas del CEIP La Marina venían preparados. Y cuando decimos preparados, no hablamos de cuadernos: hablamos de preguntas. De ideas. De ganas de compartir su visión del mundo. Se convirtieron en filósofos y filósofas, aunque, lo son todos los días, y nos ofrecieron unos talleres preciosos que nos dejaron con la piel de gallina.



Ahí, en esas aulas que ya conocíamos pero que ese día eran otra cosa, supimos que todo había merecido la pena.

Salimos del congreso con la cabeza llena, sí. Pero, sobre todo, con la certeza de que educar para la paz es posible si se hace con otros, desde la escucha, y dejando espacio a la infancia para ser protagonista.

Gracias a quienes lo hicisteis posible. A quienes hablasteis, preguntasteis, reísteis, y compartisteis esta pequeña utopía hecha con palabras.


Nos vemos en la próxima edición… o antes, en algún rincón del mundo donde alguien diga: “vamos a filosofar un rato”.







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