Mi nombre es Macarena y quiero compartir con
vosotros mi experiencia de Voluntariado Europeo.
Era Septiembre de 2017, yo ya hacía un año que
había acabado los estudios en Comunicación Audiovisual y me estaba desesperando
sin encontrar trabajo. A pesar de haber tenido una mala experiencia con un
voluntariado que no llegué a realizar debido a problemas con la organización,
decidí probar suerte nuevamente con un voluntariado de la Unión Europea a
través de la página de EVS. Mi pensamiento era que si estaba respaldado por la
Unión Europea sería de fiar.
Al leer en las condiciones que todo estaba
cubierto, el viaje, el hospedaje y las comidas llegué a creer que era una
farsa, ¿cómo podía ser cierto si hasta ahora todo lo que había encontrado como
mínimo tenía que invertir 200€?
Sin embargo decidí creer que podía ser cierto y
envíe mi curriculum así como el formulario de inscripción. Realmente tengo que
admitir que no tenía muchas esperanzas.
A la semana siguiente hice una entrevista y a
los pocos días me confirmaban que estaba seleccionada por el proyecto.
Se trataba de un proyecto de Social Media, en
el cual los voluntarios se harían cargo de las redes sociales (Facebook,
Instagram, twitter y pinterest) de un festival de arte en cerámica “Terra Cotta
symposium” en Eskisehir, Turquía.
Se trata de un festival al cual asisten
artistas internacionales y cuyas obras son expuestas en la ciudad. De esta
forma, siendo este año la onceava edición, Eskisehir va pareciendo año a año
más un museo al aire libre.
Aún un poco anonadada por las increíbles
noticias me puse en marcha y compré los billetes a Turquía.
Fue entonces cuando ILEWASI se puso en contacto
conmigo para informarme de que ellos serían la organización de envío. Se
ocuparon de mi seguro y de enviarme datos para el viaje.
Llegué el 5 de Septiembre al aeropuerto y no
puedo describir la sensación de alegría que sentí al ver a un grupo de extraños
que en cierto modo ya conocía a través de las redes. Sabía que estos extraños serían con quienes
compartiría un mes totalmente nuevo y diferente de mi vida.
Comenzamos, el primer día fuimos a la
presentación del symposium, allí nos fotografiaron para el periódico y
conocimos al alcalde de Eskisehir. La primer semana fue una toma de contacto,
conocernos, descubrirnos y prepararnos para el proyecto en sí.
Realmente me es imposible explicar lo rápido
que se pasaron los días. Empezamos a convivir en dos apartamentos 10 personas
de países diferentes, con culturas distintas y muy diversas formas de entender
el mundo y la vida. Eramos de Polonia, Túnez, República Checa, Rumanía, Italia,
Alemania, Jordania y España.
Tras preparar el marketing digital y el plan de
trabajo comenzó el Festival de arte. Fueron unas semanas de hacer muchas fotos
y videos. De estar en las redes constantemente y trabajar en equipo. Realmente
los días pasaron a la velocidad del rayo y aprendimos todos en grupo a trabajar
para hacer que el arte que se vivía en
esa antigua fábrica de chocolate fuera visible en el resto del mundo.
Finalmente el Festival de Terra Cotta acabó y
con lo que más nos quedamos además de todo el trabajo realizado fue con las
anécdotas vividas en el día a día; el paseo al mercado, la noche de cañas, el
paseo en bicis por la ciudad descubriendo rincones diferentes y llenos de vida.
La semana siguiente fue nuestra semana de
vacaciones, sí el voluntariado de un mes permite tener una serie de días de
descanso, y como estuvimos dos semanas seguidas sin parar resultó que tuvimos
una entera de descanso. Y ¿qué mejor idea que ir a visitar la gran ciudad de
Turquía? Fuimos directos a Estambul, todo el grupo buscamos donde hospedarnos y
allá fuimos.
De veras os tengo que avisar, cuatro días no
son suficientes para Estambul, es una ciudad creo que ni en un mes se llegaría
para conocerla entera. Conocimos los lugares más emblemáticos, probamos comidas riquísimas y nos conocimos
más los unos a los otros.
De Estambul decidimos ir a Capadocia tres días.
¡Qué maravilla! Se trata de un lugar impresionante, las formaciones rocosas lo
hacen a uno sentirse minúsculo, un grano de arena en el mundo. Recorrimos una
ciudad bajo tierra, fuimos un día en quad por el medio del desierto e incluso
subimos en globo.
La verdad es que ese mes que en principio
parecía una opción para empezar a moverme a nivel profesional con audiovisuales
se convirtió en mucho más. Descubrí una
nueva parte de mí como persona, conocí a gente maravillosa e hice amigos que sé
que no van a quedar en tan solo el recuerdo de un mes único.
Me siento más que agradecida por haber
participado en una experiencia así y haber descubierto un mundo nuevo lleno de
programas similares que permiten aprender de manera diferente a cómo se nos ha
enseñado toda la vida.
Espero que tras leer sobre mi experiencia a
nadie le quede un ápice de duda por participar en algún voluntariado Europeo.
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