Por Oscar Pelech
Ha pasado más de una semana desde que volvimos de una de las experiencias más especiales que he tenido la oportunidad de participar. Un equipo formado por 6 jóvenes que estudian el Máster de abogacía en la UJI se embarcaba en un intercambio juvenil a Copenhague (Dinamarca), concretamente a un pueblecito cerca de la capi, llamada Vaerlose. El proyecto al que acudimos se titulaba “Stand Upagainst discrimination, part 2” por la ONG WAYS.
Aquí el equipo de España ¡sí ganó Eurovisión!
Desde el principio todo eran nervios y preparativos, se nos pasaban por la cabeza mil cosas que coger, que no coger, qué meter en la maleta y que no; y siempre la inseguridad del idioma “¿Sabre lo suficiente para defenderme? Si no sé ni decir “hola”” o la inseguridad a lo desconocido. Pronto entenderíamos que todos esos miedos eran inseguridades que salían por el desconocimiento.
Después de un largo viaje de Copenhague y antes de llegar al sitio en cuestión, decidimos el día de la llegada (dado que llegamos relativamente pronto) irnos a dar una vuelta por la capital escandinava.
Vimos Tivoli (por fuera), y callejeamos por las calles hasta llegar a Christiania, una ciudad libre llena de color y cultura, ¡impresionante!. Por la tarde, llegamos al albergue, un edificio tipo Campamento con varias cabañitas en medio del bosque, un sitio muy acogedor y verde, con un aire puro.
Al llegar todo el equipo al lugar con las mochilas y maletas, tuvimos una cálida recepción desde la organización, donde pude conocer a Vlad en persona y además, ¡SORPRESA! estaba Marija, a quien conocí en Benicàssim en nuestro proyecto Team ODS. Además, ya habían llegado algunos de nuestros compañeros de Italia, con los que rápidamente establecimos una buena relación. A medida del día iba llegando cada vez más gente, siendo en total de 37 participantes de Turquía, Eslovenia, Dinamarca, Serbia y como no, España.
Durante los días realizamos varios talleres de educación no formal sobre formas y métodos para prevenir la discriminación, en todas sus formas, a través de un dialogo transnacional entre jóvenes europeos. Las jornadas iban alternándose con varias dinámicas de grupo y ice breakers que hacían que se pasarán las mañas muy rápido. El segundo día, le tocó al Equipo español realizar un taller sobre “tipos de discriminación” por ello realizamos una dinámica muy movidita. En primer lugar, se jugó al famoso Ice Breaker llamado “Ju, ji, ja”. Donde cada participante se convertía en ninja y tenía que enviar un movimiento a otro compañero, este tiene que estar muy atento porque si no esquiva el movimiento, queda descalificado. Seguidamente entramos a la sala común para empezar nuestro taller, se dividió a los participantes en varios grupos y se les repartió un tipo de discriminación, solo el concepto. Explicamos que la definición se encuentra escondida en algún sitio exterior del albergue. Después de que cada equipo, al encontrar su definición, tenía que representar una pieza de teatro utilizando la metodología del teatro del oprimido.
Los demás participantes, durante los días siguientes tuvieron que organizar también talleres sobre la no discriminación. ¡Fueron super interesantes! Por las noches, celebramos las famosas noches interculturales, donde cada día un país mostraba y organizaba cosas relacionadas con su costumbres, cultura e idioma. Aprendimos danzas turcas, coreografías populares de tik tok serbias, aprendimos los gestos típicos italianos, cultura de Eslovenia y la mitología nórdica a través del equipo danés. Celebramos una versión de Eurovisión donde quedamos primeros empatadas con Turquía, con la canción de Chanel + Rodolfo Chiquilicuatre. Además, creamos un flashmob en contra de la discriminación con todo el equipo, acabamos bailando en medio de la plaza.
Los días pasaban cada vez más rápido, y entre cada actividad, descanso íbamos entrelazando amistad con los demás, creando una gran familia.
Creo que este viaje a motivado a cada una y uno de los que fuimos, creando nuevos propósitos como apuntarse a una academia de inglés, coger energías, plantearse trabajar en Italia, querer seguir viajando y conocer otras culturas o querer seguir contribuyendo a construir una Europa sin discriminación.
Antes de acabar os daremos una serie de conclusiones a las que hemos llegado sobre Copenaghe:
1- No hay ni un papelito en el suelo.
2- Existen buzones por las calles donde los drogodependientes pueden depositar sus utensilios. Para evitar que estén por la calle.
3- Han creado lagos artificiales para crear ecosistemas únicos.
4- Hay tan poca delincuencia que los padres, cuando entran a comprar, dejan el carrito en la calle.
5- Existen personas que aún creen en la mitología nórdica.
Por ello, si has llegado hasta aquí decirte que participes en programas de intercambio juvenil Erasmus +, porque es una experiencia diferente y única.
Gracias ILÊWASI, por darnos esta maravillosa experiencia.
Gracias Ways, por la acogida. Y a la Unión Europea por todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario