Con Bibi, Oralia y nuestro nuevo amigo, Manuel |
Laura continúa en Colombia aunque pronto estará entre nosotros/as de nuevo, mientras tanto continúa compartiendo con todos/as nosotros/as sus experiencias en este maravilloso rincón del mundo que es el Eje Cafetero colombiano.
Y así prosigue...
30 de agosto
Hoy hay que
entregar parte del proyecto “Diagnóstico de grupos juveniles del departamento
de Risaralda”. Colaboro con la ONG tabulando las entrevistas que ayer hicimos
en el departamento de Risaralda. Mi lado sociológico está dando sus frutos en
este proyecto.
A las 2 hay un
desfile de los diferentes centros infantiles del pueblo. Los niños y niñas con
sus profesoras y profesores pasean por las calles del pueblo disfrazados para
celebrar el “Día de la Lactancia”. Es muy divertido ver la originalidad de los
disfraces, las calles se ven tomadas por pequeños/as cerditos/as, vaquitas,
conejitos/as….
Un niño y una niña en el desfile del día de la Lactancia |
Por la tarde una
amiga de Dorota que es doctora en el hospital nos invita a comer (cenar) en su
casa. Allí conocemos al psicólogo del hospital, un señor también muy agradable.
Charlamos sobre diferentes temas, sobre todo aquí te preguntan “¿Qué te parece
Quinchia?” y “¿Qué imagen tienen de los colombianos en España?”. Con esto ya
tienes para unas cuantas horas de conversación.
31 de agosto
Con la comunidad indígena que ha recibido a Elena y a Laura |
Hoy hemos ido a
conocer un pueblo indígena que queda cerca de Quinchia. Elena ya me había
contado sobre este pueblo y hoy hemos ido a conocerlo. Los niños y niñas nos
han recibido con una sonrisa y los/as mayores también nos recibieron con
amabilidad. Hemos visto como hacen unas pulseras y collares súper bonitos.
Luego los/as más pequeños/as han bailado para nosotros/as. Hemos disfrutado de
un arroz con leche y un dulce. Para terminar nos han acompañado a pasear hasta
la piedra de agua, una piedra en medio del bosque que es muy importante para
este pueblo indígena. La historia cuenta que la piedra tiene muchos años, en el
centro siempre hay agua, aunque no llueva en días, aunque la vacíes, la piedra
siempre contiene agua. Una mamá ha llevado hasta allí a su hija de unos tres
meses y la ha bañado con esa agua porque es tradición bañar a los mas
pequeños/as para que crezcan sanos y fuertes.
Por la noche hemos
asistido en el parque a un recital de poesía donde asistían poetas de
diferentes países. Desde España ha venido Jaume Pont poeta desconocido para mí
hasta el día de hoy. Ha recitado en catalán, lengua que nunca creí que iba a
escuchar en Quinchia, pero mira, ¡¡aquí todo es posible!!
1 de septiembre
Hoy he conocido a
una mujer excepcional, la señora Luz Dary, abuela de Amanda. Amanda es una
chica que trabaja en la oficina de la ONG. Hoy me ha invitado a ir a visitar a
su abuela que vive como a 20 min en moto de Quinchia en medio del campo. Luz
Dary vive sola en una casa con sus gatos, pollos, patos, perros…. Tiene varios
hijos/as que viven cerca y la visitan a menudo por lo que casi nunca está sola.
Hemos tomado agua de panela con limón, zapotes recién cogidos del árbol y he
probado el mango verde que se toma con sal y limón. Un sabor nuevo para mí.
Mientras comíamos todo esto Luz Dary nos iba contando su vida, como ha sido
desplazada por el conflicto pero que por suerte hace poco que pudo volver a
vivir a su casa. Nos contó historias de mujeres que se fueron con la guerrilla
y ella intento buscarlas pero no las encontró. Años más tarde supo que se
habían salido de la guerrilla pero que estaban encerradas en la cárcel por
varios años. Hemos estado hablando durante largo rato hasta que empezó a
oscurecer y empezamos el viaje de vuelta.
Para volver a casa he subido en un
camión repleto de gente pero he tenido el privilegio de que me han dejado subir
en la parte de adelante junto al conductor.
2 de septiembre
Hoy Dorota, Bibi y
yo hemos ido de excursión a visitar el Valle del Cocora. Para llegar a este
valle hemos tomado el bus desde Quinchia a las 6 de la mañana. Hemos llegado a
Pereira y allí hemos tomado otro autobús que nos ha llevado a Salento, pueblo
muy bonito pero muy turístico para mí.
Palmera llamada "de cera" |
Desde allí hemos tomado un jeep y tras
20 min de viaje hemos llegado al valle. Allí están las palmeras más altas del
país, se llaman palmeras de cera y llegan a medir hasta 60 metros de altura.
Hemos andado por un camino por donde hemos visto vacas, caballos y verde, mucho
verde. Tras una hora de camino hemos llegado a un bosque donde hemos encontrado
una cascada súper bonita pero con el agua helada.
La belleza del Valle del Cocora y sus palmeras de cera |
En el Valle del Cocora, con Bibi |
Después de comer algo para
coger fuerzas hemos vuelto al camino y otra hora andando. Hemos tomado otro
jeep y de nuevo de vuelta para Salento. Allí hemos comprado algún souvenir,
comido una rica arepa de choclo con queso y de nuevo autobús de vuelta a
Pereira. Allí hemos estado en casa de una amiga de Bibi tomando arroz con leche
y un rico jugo de mora (como podéis observar me paso el día comiendo). Luego
hemos ido a una zona mas alejada de Pereira donde vive la hermana de Leo que
nos ha acogido en su casa para pasar la noche. Una familia muy agradable.
3 de septiembre
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